Mahmud Traoré dedicó más de tres años de su juventud a llegar a Europa, en un viaje que le llevó a través del Sahel, el Sáhara, Libia y el Magreb. El final de esta odisea moderna llegó el 29 de septiembre de 2005, cuando participó en el asalto colectivo a la frontera de Ceuta, un hecho que tuvo una gran repercusión en su momento. Aunque su viaje no terminó ahí.
El relato de esta aventura —contado por Mahmud Traoré y escrito por Bruno Le Dantec— pone al desnudo la realidad de la vida errante de un migrante clandestino, una vida marcada por apaños, esperas, extorsiones y brutalidades, pero también por la ayuda mutua y la valentía. Aquí se desvela el funcionamiento de los centros de internamiento, los guetos y otros campamentos improvisados en los que los migrantes reinventan una organización social a la vez precaria y llena de contradicciones.
Hasta ahora ningún libro había retratado con tanta precisión la realidad subterránea que viven los clandestinos, sin estigmatizar ni idealizar a estos hombres y mujeres que han tenido la flaqueza de creer en la libertad de circulación.
[...] No tengo ni la menor idea de cómo se reparten las sumas que nos reclaman. Son veintinueve los que gobiernan el gueto senegalés. El presidente, el primer ministro, el comisario y el tesorero constituyen el núcleo duro. Reunidos todos el día en su cuartel general, también cuentan con la colaboración de los jefes de zona. Hay tres zonas para Guinea-Bissau, dos para Guinea-Conakry y seis para el Senegal, lo que hace un total de una decena larga de zonas, o barrios, cada una con su jefe, que tiene su escaño en el parlamento en el que se dictan las leyes del gueto. [...]