«Alberto Salcedo Ramos es un sabueso inagotable, un prosista que conoce el idioma y lo despliega en recursos narrativos de toda clase, un contador de historias magnético y alguien que, en un mundo que se ha habituado a confundir cinismo con inteligencia, aplica una mirada punzante sobre la realidad sin abandonar jamás una bonhomía sólida, chispeante, pícara, genuina y conmovedora».—Leila Guerriero.
«El colombiano Alberto Salcedo Ramos es un cronista de cronistas. Sus crónicas me hacen pensar en esas épocas pasadas en que los viejos contaban historias alrededor de las fogatas, y así, con sus cuentos, le inculcaban sabiduría a sus tribus».—Jon Lee Anderson.
«Alberto Salcedo Ramos es uno de los grandes cronistas de nuestra lengua. Hizo lo que siempre fue esencial en este oficio: contó lo que vio para que otros supieran. Además, le puso la gallardía de su estilo, la memoria de su vocabulario. Si digo que lo envidio mucho lo entenderán perfectamente».—Juan Cruz, El País.
«Si todavía eres de los que leen, enhorabuena: aquí recuperarás el sabor único de los cuentos con las tremendas historias de Alberto Salcedo Ramos, probablemente el mejor cronista en nuestra lengua».—Ignacio Ruiz Quintano, ABC.
«Es uno de los grandes periodistas latinoamericanos contemporáneos, un narrador salvaje que prefiere oír a preguntar, tal vez porque sabe que la verdad aflora allí donde nunca se la espera. "La verdad no sucede: se cuenta", dicen que dicen en el Caribe colombiano; fiel a la sabiduría popular de su país, Salcedo Ramos oye y narra, convencido de que el periodismo solo sobrevivirá si, como la Scheherazade de Las Mil y una Noches, logra entretener a su tirano de ocasión con el poder de las historias».—Leonardo Tarifeño, La Nación, Argentina.
«Quizás Salcedo Ramos esté escribiendo la crónica más maravillosa: la que extrae directamente del mundo con el que hizo Gabo el realismo mágico. Salcedo Ramos le ha quitado para sorpresa de todos el adjetivo mágico y el realismo se ha quedado igual. Lo sabía Gabo. Lo sabe Salcedo Ramos, que me dice resignado: “La realidad es más lista que yo”».—Manuel Jabois.
Considerado como uno de los más brillantes cronistas en lengua castellana, el colombiano Alberto Salcedo Ramos reúne en Viaje al Macondo Real y otras crónicas, con su propia mano y la total complicidad de sus editores, sus historias más celebradas.
En un mundo en el que omnipresentes ideologías regulan la relación entre los seres humanos, Salcedo Ramos apuesta por “escuchar la palabra” como método de entendimiento y como manera de fortalecer la convivencia.
Sus historias de perdedores, de bufones, de olvidados, de seres irrepetibles nos regalan una experiencia impagable: la posibilidad de entrar en una conversación amable y cercana que nos sitúa en la piel de los otros que, si bien están lejos, tras esta lectura estarán a nuestro lado para siempre.
Boxeadores de mil pelajes, contadores de chistes en velorios, indígenas “palabreros”, acordeonistas furtivos, futbolistas y árbitros improbables, empresarias creyentes, comunidades que han franqueado tanto los límites que resulta casi imposible describir sus vivencias, y algunos apuntes autobiográficos dan cuerpo a este libro lleno historias, de vidas verdaderamente inolvidables.