Después de treinta años Emilio Barco Royo ha conseguido dedicarse a lo que le gusta: producir verduras para ensaladas y materia para el conocimiento. Pasa el tiempo entre sus clases de Historia Social y Económica y de Economía Agraria con los alumnos de la Universidad de La Rioja y su huerta y sus olivos en Alcanadre (La Rioja) donde nació hace sesenta y dos años.
Podando los manzanos, plantando lechugas, regando los tomates, poniendo paja en los canteros, cogiendo alubias verdes o sentado a la sombra de la higuera, arraigan las ideas que más tarde desarrolla en un cuaderno. Algunas se publicaron en el periódico La Rioja, otras en revistas como Encontraste o Piedra de Rayo o formaron parte de diferentes libros colectivos.